Miles de migrantes que huyen de la pobreza y violencia en Centroamérica y el Caribe emprendieron un viaje desde el sur de México el mes pasado con la esperanza de llegar a los Estados Unidos y poder solicitar asilo.
Sin embargo, existe una gran posibilidad de que las autoridades mexicanas no dejen pasar al grupo conocido como Partió a pie, debido a los términos de un acuerdo entre los dos países para detener la migración irregular en los Estados Unidos. Aún así, si llegasen a la frontera, lo más probable es que sean expulsados bajo el Título 42, una política de la era de Trump que asegura la deportación inmediata.
Este no es el primer desafío en la frontera y seguramente no será el último, debido a que la crisis en los países de América Central y del Sur seguirán generando que muchas personas busquen de manera desesperada protección en los Estados Unidos.
Los defensores de inmigrantes de momento están apelando a los legisladores estadounidenses, quienes se encuentran divididos sobre la aprobación de la legislación en el Congreso para reformar el sistema inmigratorio, argumentando que es la única manera de lograr una respuesta efectiva y humana.